Si querés podés escuchar "Baby it's cold outside" por Ella Fitzgerald mientras lees este post.
Ya hace varios años que vivo en Europa
pero todavía no me acostumbro a las « estaciones al revés »
e, inevitablemente, cuando llega esta época del año, me sorprendo.
Afuera nieva sin parar y sin embargo es Navidad. Muy lejos quedaron
fin de año en el lago, acampando, las fiestas en La Rural, salir a
la calle a ver los fuegos artificiales, el perfume del pasto recién
cortado y las lilas en flor.
Tampoco es que hiciera mucho calor.
Para nada. Las camperas, los edredones y la calefacción encendida no
se guardan nunca en una valija en lo alto del placard.
Íbamos a las fiestas de fin de año en
vestido, sandalias para imitar a nuestras compatriotas del norte,
pero volvíamos con los pies congelados de la helada de la madrugada.
Arriba del vestidito estival, me ponía la campera. Pero así y todo,
hacia fin de año los días son largos, muy largos. Cerca de
medianoche, todavía se ve una pincelada de luz en la Cordillera.
Esta noche vamos a festejar « Navidad
católica » con mis nuevos compatriotas por adopción: los
ucranianos. Para ellos, Navidad es el 7 de enero y la fiesta más
importante es Año Nuevo (como ya lo expliqué acá) pero como a
todos nos gusta comer cosas ricas y festejar, hoy haremos todo eso en
casa de unos amigos donde, una vez más, seré la única no
ruso-parlante. Lento pero estoy aprendiendo, ¡paciencia!
(Parece que el que el flaco de barba que nació hace 2010 años y lo hicieron boleta hace unos 1977 generó algo más que un buen negocio para los que venden arbolitos y adornos navideños)
Y bueno... ¡Feliz Navidad, che!
Espero reciban muchos abrazos y besos.