18 marzo 2016
Old gilt
When your head feels turgid and your eyes are sore.
When your shoulders feel you are carrying the world on them.
When your legs are weakened and your complexion weary.
It takes the breeze in your face while cycling back home,
the warm golden sunbeams of early spring
that makes Paris gleam
or just a kind bearded smile and a wave
from behind a windshield,
to remind you
that it's all worth it.
08 diciembre 2015
Of Princes, Duchesses and a Posh Little Cardie
24 octubre 2015
Black Jazz
05 septiembre 2013
El milagro
24 febrero 2013
Esa raza rara
18 enero 2012
De emociones, sensaciones, demostraciones y otros menesteres
Pronto voy a bloquear a mi primita de 12 años del FB porque ya no soporto más sus status "fulanita te amo, sos el amor de mi vida, te extraño, no puedo vivir sin vos, sos una diosa" y eso a 23 nenes diferentes.
Chéri se burla de mi cuando hablo con algún compatriota y dice "qué liiiiiiindo", juntando las palmas de ambas manos frente a su pecho y encojiendo los hombros. Me repite hasta el hartazgo que cuando digo "hace mil años que...", "te lo dije 100 veces" o cualquier otra exageración intencional y simbólica para expresar dimensiones, él no puede concentrarse e intenta imaginar tales cantidades absurdas sin éxito.
El típico comentario "ellos son mas fríos que nosotros", siendo "nosotros" los latinos y "ellos" todo el resto del planeta, hace muchísimo que no lo escucho.
En otro orden de cosas pero, para mí, intrínsecamente relacionado a la expresión de emociones, hay un curioso comportamiento que pude observar muy de cerca y que me gustaría comentar (y escuchar opiniones, de ser posible).
¡Ah!, pero primero y sin hacer etología ni psicología, pregunto: si un comportamiento se repite 3 veces de forma idéntica entre mis amigos de la misma nacionalidad, ¿puedo establecer un patrón de conducta?
Con vuestro permiso, lo voy a hacer.
Mis adorados amigos -y familia política- rusoparlantes* no dejan de sorprenderme. Hace ya mas de 3 años que forman parte de mi vida cotidiana; actitudes que antes me parecían de otro planeta, hoy me parecen naturales, comprensibles (a veces no tanto) o, en todo caso, esperadas.
Una de esas actitudes incomprensibles es la que se repitió por tercera vez hace un par de semanas y frente a la cual me es imposible mantenerme indiferente: tres amigas cercanas no anunciaron su embarazo (en el caso de una de ellas, ¡¡¡de 5 meses!!!)
En las tres oportunidades nos enteramos gracias al sexto sentido de chéri quien es particularmente sensible (aparentemente, yo no conocía este don oculto) en esto de detectar embarazos insospechados.
Paso a relatar, a modo de ejemplo, una de las antes mencionadas situaciones, precisamente, la última. Fue en la fiesta de Año Nuevo. La -hasta entonces- embarazada undercover era la dueña de casa. Nos recibió a todos junto a su marido en su cómodo y acogedor hogar y con las delicias a las que nos tiene acostumbrados. Pasamos una noche muy agradable donde los brindis ser repitieron -por lo menos- una media docena de veces. Brindamos cuando fue año nuevo en Moscú, en Ucrania, en Francia y en Argentina. Con cada "chin" de las copas, las frases trilladas -aunque genuinas- ser repetían: "felicidades, que tengas un año maravilloso". La nueva vida en camino ni se mencionó si bien algunos de los invitados sabían pero yo, hasta entonces todavía no.
Al dia siguiente, todos reunidos alrededor de la mesa, comiendo las sobras de la bacanal
Chéri la mira entrar en el living sin emitir comentario. La mira a los ojos. Ella lo mira. El intensifica la mirada con sus preciosos ojos azules. Ella dice: "si".
Chéri se da vuelta y me "traduce" en francés: está embarazada.
Yo que los aprecio muchisimo a ambos, tenía ganas de saltar de la silla y abrazarlos a ella y a su marido para felicitarlos, pero pronto me di cuenta que hubiese estado fuera de lugar. Creo que pegué un grito, creo que dije que los felicitaba, que me alegraba mucho por ellos, que era una noticia hermosa. (Sobre todo porque era totalmente inesperado, es una pareja que están casados hace muchos años y yo siempre pensé que si no habían tenido hijos hasta este momento, es porque no querían tener). Ella no sé qué contestó -si lo hizo-, quizás dijo gracias, quizás esbozó una tímida sonrisa. Yo estaba practicamente indignada de la falta de "anuncio oficial"... ¡por tercera vez! Y les dije que yo soy latina y sudamericana (sí, hay que explicar porque los franceses también se dicen latinos cuando les conviene), que en mi cultura, noticias de semejante calibre se anuncian con bombos y platillos. Mis amiga/os argentina/os que esperan bebés, escriben o llaman para anunciar, asi haga mucho tiempo que no nos escribimos.
Ellos no entienden el sentido de hacer una cosa así, dicen que si no se presenta la situación, si no estamos hablando del tema (cuestión un tanto improbable: el tema de la concepción o la planificación familiar no suelen formar parte de nuestro variado repertorio de temas de conversación) no saben cómo decirlo. Hice una especie de encuesta alrededor de la mesa entre todas las mujeres y les pregunté si ellas lo anunciarían. Unánimemente dijeron que no. Alguien mencionó que antiguamente se creía, por cuestiones supersticiosas, ¡que no había que anunciarlo hasta el bautismo!
Con la distancia y la pseudo-objetividad que se obtiene después de vivir varios años fuera de mi país natal, el contacto con otras nacionalidades y el compartir mi vida con alguien que nació en las antípodas, no puedo tomar posición pero sí poner en cuestión tremenda demostración de emociones por parte de nosotros, los latinos.
¿A qué se debe tal profusion de sentimientos? ¿Por qué tal prodigalidad de emociones no tiene eco en otras culturas? ¿Dónde aprendemos, quién nos enseña a demostrar la emoción? ¿es realmente una exageración o es genuino?
* termino genérico para designar a los rusos y ucranianos a falta de otro mas ajustado. Otros términos por mí empleados pero menos felices son: "ustedes los rusos", "soviéticos", "eslavos", "aliens", "bizarros"...
06 enero 2011
Whole-hearted
"No ser otra persona más que uno mismo en un mundo que está intentando por todos los medios de que seas como el resto de la gente, significa pelear la batalla más difícil que un ser humano pueda luchar. Nunca dejes de luchar"
22 diciembre 2010
O2
A O le gusta el chocolate negro, no con leche.
A O le gustan las mandarinas y puede comer un montón.
O tiene una memoria muy extraña.
O también.
A O le fascinan los mapas, les estudia en detalle y se acuerda de ellos.
A O le encantan los colores, combinarlos, jugar con ellos.
A O le encanta mandar postales de los lugares que visita.
A O también pero más le gusta recibirlas.
A O le encanta comer, disfruta de descubrir sabores y del placer de la comida.
O cree que hay pocos sabores más ricos que los de una ensalada fresca.
A O le gusta muchísimo la música, tanto descubrir nuevos artistas como los buenos clásicos.
A O también.
A O le gusta el pelo largo, suelto, despeinado.
O tiene el pelo largo, suelto y muy despeinado.
A O le encanta viajar pero no hacer la valija.
A O tampoco pero la hace con extremo cuidado y le lleva horas.
A O le encantan los idiomas y los aprende fácilmente.
A O también pero le cuesta mucho más.
O se interesa, pregunta y siempre se acuerda.
O se interesa, observa cada detalle, pregunta pero no siempre se acuerda.
O se queja, mucho, y se enoja, mucho.
O se queja, bastante, y se enoja, menos.
O tiene mucha fuerza.
O no pero le gusta pensar que si y hace mucha gimnasia.
O hizo una lista de destinos de viaje.
O tiene muchas ganas de hacer un roadtrip.
A O no le gusta dejar comida en el plato y no lo hace, nunca.
O deja seguido y O la termina.
O lee muchos blogs.
O también.
O detesta las cremas hidratantes.
O ama todo tipo de cremas y usa muchas, todo el tiempo.
A O no le gusta la ropa y tiene muy poca. Zapatos, sólo un par.
O ama la ropa, cree que tiene poca y siempre quiere más. Los zapatos nunca son suficientes.
O arma los muebles Ikea sin problemas.
O no entiende las instrucciones y es totalmente inútil.
O no cocina nunca, pero cuando lo hace, lo hace muy bien. Y le gusta.
O cocina seguido, sin mucha elaboración, muy natural. No le gusta tanto cocinar como comer lo que cocina.
O es grandote y abraza fuerte.
A O le encanta que la abracen.
O no sabe si a O le va a gustar esta lista.
17 diciembre 2010
Palabras para quién todavía no es
11 octubre 2010
Facial Hair / Vello Facial
A James Bond looking Sean Connery Sean Connery con el look James Bond |
Sir Sean Connery, needless to say that not only the beard looks better on him. So does age. Sir Sean Connery, De más está decir que tanto la barba como los años le quedan mejor. |
I do believe you now. Ahora te creo. |
Benicio del Toro babyface but looking mean. Benicio del Toro suavecito pero con cara de malo. |
There we go. Ahora sí |
Brad Pitt looks like a good boy. I don't think so. Brad Pitt con cara de nene bueno... no. |
Well yeah! Pero claro! |
eeeehhh... ¿Clive Owen? |
There you are, Gerald! Hooola Gerald! |
Has anybpdy seen Gerard Butler? Perdón, ¿a Gerard Butler alguien lo vio? |
Jean Dujardin, mouais... |
I found out the guy was hot the first time I saw him not shaved. Descubrí que este tipo estaba bueno cuando se dejó la barba . |
I watched Wolverine just to see him and his sexy beard. Ví Wolverine sólo para verlo a Hugh con su barba sexy |
Hugh Jackman looking Californian. No, no. Hugh Jackman con look californiano, no |
So girls, what do you reckon?
¿Entonces chicas, qué opinan?
not like a full grown Santa Claus like beard but a sexy scruffy one |
at least not everyday |
and sexy |
01 diciembre 2009
12 mayo 2009
Altruismo
Hoy pensaba en el altruismo.
Pensaba que posiblemente sea el sentimiento más evolucionado que exista. Como una forma perfecta de amor. Perfecta en el sentido aristotélico, es decir, como una idea, un concepto que existe más allá del mundo material.
Cuando uno ama, ese amor nos proporciona a nosotros mismos un estado de bienestar. Es un efecto bumerang que nos hace sentir bien a nosotros también, además de a la persona amada. Cuando amamos, hay un destinatario de ese amor y esta persona sabe que es amada por nosotros.
Sin embargo, en el altruismo –creo yo- que se trata de un amor sin caras. El recipiente de mi amor no sabe quien soy ni yo quien es él. Un amor anónimo. Escribo esto y me viene una imagen un poco particular a la cabeza: me imagino poniendo este amor en una especie de circuito, de cinta transportadora universal. Soltando este amor tan grande y puro para que lo tome quien lo necesite. Esto genera un sentimiento de desinterés, de no-egoísmo. De realizar la acción por la acción misma, sin esperar resultados, compensaciones ni beneficios a cambio.
Estuve leyendo un poquito y pude reconocer conceptos altruistas en las principales religiones, no sólo las monoteístas donde el concepto de “ama a tu prójimo como a ti mismo” se repite.
También encontré a una serie de pensadores (La Rouchefoucauld o Mandeville) para quienes el altruismo en realidad no existe. A pesar de que una acción pueda parecer desinteresada, el fin último es el bienestar propio. Por ejemplo, se hablaba de un bebé en un incendio. Quien recurra a ayudarlo y se sacrifique por hacerlo, en realidad, en el fondo, la motivación última, detrás de la acción, es la de prevenir el sentimiento de culpabilidad que puede perseguirnos de por vida por no haberlo hecho.
Si bien no estoy de acuerdo, tampoco creo que sea el mejor ejemplo. Así como tampoco creo que lo sea hacer una donación a la iglesia después de la misa o dar una limosna al mendigo que está en la puerta. Los actos para silenciar nuestra conciencia, lejos de ser altruistas, son puramente egoístas. Tampoco estoy diciendo que acciones egoístas no puedan tener consecuencias positivas, pero no es a lo que me estoy intentando referir, quiero hablar de la motivación de las acciones.
Otros pensadores más radicales dicen que el hombre no tiene derecho a existir por sí mismo y que la única justificación a la existencia es el servicio a los demás. Nuevamente, me parece equivocado. Cada uno tendrá su propia motivación. Es absurdo querer unificar.
Yo sólo me limitaba a pensar en mis propios actos que yo considero o consideraba altruistas y debo reconocer que me cuesta determinar si, según mis propios parámetros, tal o cual acción lo fue.
Por ejemplo: yo trabajé (voluntaria) durante 3 años en una villa extremadamente pobre. Las “casas” tenían 3 paredes, literalmente, una les quedaba abierta, a la intemperie. Dormían en un pozo en el suelo de la casa, en la tierra, con varios perros para que les den calor. En invierno, los nenes no podían correr, los que tenían la suerte de tener zapatillas, eran tan grandes que casi no podían caminar. Cuando pasaba el tren, se subían a robarle la yerba y el azúcar al maquinista porque no había nada más. En fin, ese sería otro post, no sigo. Iba a que yo disfrutaba tanto yendo cada sábado ahí a hacer la tarea con los chicos (aunque esa era la excusa, el verdadero objetivo era enseñarles a leer y escribir a los padres). En un principio fue duro y todo el trayecto de vuelta en colectivo a mi casa, volvía llorando de la impotencia. Pero poco a poco aprendí a ver más allá de lo que veían mis ojos y se convirtió en una satisfacción enorme. Ya hace varios años de esto y cada vez que lo recuerdo, me vuelve esa sensación de cariño que sentía cada sábado. Pero me preguntaba si era un verdadero acto altruista o no. ¿Cuál era la real motivación? Por supuesto que yo no esperaba nada a cambio, nada material, ¿pero sería esa sensación de cariño o la de sentirme útil o la de creer que, en una minúscula proporción, estaba contribuyendo a algo, la sensación que me motivaba?
Por estos días ocurrió otra cosa que nuevamente me hizo revolver en mí y buscar el inicio del ovillo. Todavía lo estoy buscando, como Teseo.
¿Será que, como dije al principio, es un concepto aristotélico perfecto por lo cual, imposible, que exista en realidad? Sé que le estoy dando demasiadas vueltas y sobre racionalizando algo, en apariencia, no tan complicado. No lo puedo evitar.
En todo caso sí estoy segura que los momentos más felices de mi vida están vinculados a este tipo de sensaciones tan puras, donde no necesitas recibir nada a cambio. Donde el amor que das es la sola motivación. Como si encendieras una linterna poderosa apuntando hacia el infinito y, en algún lugar, alguien, con un espejo gigante, te devuelve el mismo haz de luz que te calienta el corazón.