No me acuerdo de la primera vez que me puse los esquíes. Deberia tener alrededor de 4 años, seguro que eran marca Rossignol. Mi mamá me cosía un elastico a los guantes que después pasaba por las mangas para que no los pierda. Mamá o papá me despertaban muy temprano, era noche cerrada todavía. Mamá me vestía, me ponía una camiseta, una polera, el enterito (¿rojo?) de ski, dos pares de medias y las botas rojas de pre-ski. Tomaba la leche con Nesquick, un pan con dulce de leche y me llevaban a la sede del Club Andino Esquel, porque yo era del Andino, no del Slalom, de donde eran «los malos». Subíamos a La Hoya en el colectivo del Club. Yo era muy tímida y no muy popular asique la mayoría de las veces me sentaba sola. Cuando llegábamos a La Hoya todavía era de noche. Subíamos del estacionamiento hasta el Club caminando, hacía un frío glacial siempre, viento helado. Al llegar íbamos a buscar las botas que quedaban guardadas en el Club. Ya se empezaba a sentir el olorcito de la comida que íbamos a comer al mediodía, ¡ojalá que sean lentejas!. Los chicos cool jugaban al ping pong apenas llegaban, yo no. Yo me ponía mis botas frente al fogón, si no las podia cerrar, un instructor me ayudaba. Empezaba a amanecer y con los primeros rayos del sol salíamos a esquiar. Cada grupo tenia su instructor. Es raro pero no me acuerdo para nada de mis companeros de grupo. En la escuela de ski estabamos todos divididos por nivel, yo no me acuerdo de cuando era principiante, sólo tengo el recuerdo de estar en los grupos mas avanzados. Los Copitos no esquían, juegan en la nieve, al lado del Club, van a caminar y hacen muñecos de nieve. Me acuerdo cuando mis hermanos eran copitos, de mí no. Yo estaba en los grupos mas avanzados y no entendía bien porqué, yo siempre tenía la sensación de esquiar mal, nunca «cantaba primera» para ir atrás del instructor, primera de la fila de los alumnos, yo siempre quería ir última. Pasabamos cañas y tan mal no me iría porque me pusieron en el equipo de competición del Club, ¡justo a mi que me gustaba ir ultima! Hice varios viajes para competir en otros centros de ski, fui al Catedral y a Chapelco. creo que nunca me gustó competir, la largada era un momento super estresante. Había que correr sin campera y sin gorro (cuestión de aerodinamismo, ¿viste?) asique tengo el recuerdo de estar esperando mi turno para largar ¡temblando de los nervios y del frio! No me acuerdo si alguien me preguntó si quería competir y si fue así, porqué acepté. Me atrevo a decir que esas carreras fueron bastante traumatizantes hasta que, una vez, justo cuando mamá y papá subieron a La Hoya a verme correr, bajando Gigante (¿o era slalom?) me descalifiqué. Me comí una caña, me di cuenta enseguida y no quise terminar la carrera, me fui por el costado. Todavía me acuerdo, fue en el Primer Cañadón. Me fui de la pista inmediatamente. Esa fue la última vez que competí.
A partir de ese momento empecé a disfrutar del ski de otra forma, esquiaba con amigos o sola, iba por donde quería, cuando hacía mucho frío y ya no sentía las manos ni los pies, paraba un rato en la Confitería a calentarme frente al fogón.
Amo esquiar. No me acuerdo de mi vida antes de saber esquiar. Siempre supe. Nací con los botines puestos.
Como la mayor parte de las veces, empiezo a escribir sin saber muy bien cómo le voy a dar forma a lo que estoy pensando. Escribo en voz alta, eso ayuda a acomodar las ideas. Si espero a tener el tema bien masticado, no lo voy a escribir nunca. Vamos a ver qué sale.
Hace un tiempo que me da vueltas en la cabeza una conexión que creo ver y que no estoy muy segura de poder explicar. Creo que entre la vulnerabilidad, la autenticidad y la compasión hay lazos muy estrechos. En todo caso, son cualidades presentes en toda la gente que admiro. No creo conocer a nadie con todas juntas pero cuando una persona me maravilla siempre logro identificar alguna de estos atributos en su naturaleza.
Las personas entusiastas, apasionadas por algo, suelen ser sumamente autocríticos pero con el coraje suficiente para asumirse y aceptar sus imperfecciones. Porque, finalmente, eso es lo que se necesita: coraje para ser imperfecto. Coraje para asumirse. Como dice E. E. Cummings:
"No ser otra persona más que uno mismo en un mundo que está intentando por todos los medios de que seas como el resto de la gente, significa pelear la batalla más difícil que un ser humano pueda luchar. Nunca dejes de luchar"
Es un signo de autenticidad. Ser auténtico, ser uno mismo, no querer actuar, ponerse el antifaz del Carnaval de Venecia para representar un papel. Todos lo hacemos a diario: somos el candidato ideal en cualquier entrevista de trabajo, somos adorables con la panadera y nos reimos de los chistes del verdulero. Somos la novia ideal en las primeras citas y el alma de la fiesta en la reunión entre compañeros de trabajo.
Es natural. Hay comportamientos "esperables", actitudes que se suponen en determinadas situaciones. Calculo que es un signo de sociabilidad. Pero no es por esta rama que quiero seguir desarrollando, volvamos.
De este coraje para ser imperfecto yo desprendo la idea de compasión: tratarse amablemente, ser bondadoso consigo mismo. Es decir que estoy tratando de extender el sentimiento de compasión hacia los demás -una sincera solidaridad por los sentimientos ajenos- a uno mismo. Las personas que admiro son compasivas, ergo auténticas. Y acá puedo hacer una nueva conexión.
La autenticidad, la aceptación de uno mismo, es también aceptar que somos vulnerables. Todos lo somos pero tratamos de protegernos constantemente. Vivimos en un mundo agresivo y nos protegemos perpetuamente de sus ataques. Abrir el pecho y quedar en carne viva frente al mundo da mucho miedo. Es mucho más fácil construirse una armadura y escudarse. Creo que muchas veces intentamos anestesiar la vulnerabilidad (yo lo hago cotidianamente) pero no creo que sea realmente efectivo o posible. No se puede enterrar una emoción (yo soy una pésima actriz). Y a fuerza de ahogar emociones, dejamos de sentir otras.
Vulnerabilidad es no tener miedo de decir "te quiero" primero, de invertir a fondo en una relación sin garantías de éxito. Es no tener miedo a "quedar en descubierto" frente a la ignorancia, frente a la impotencia. Es no tener vergüenza. Creo que la gente que muestra su vulnerabilidad es más hermosa.
Entonces, la autenticidad y la vulnerabilidad me llevan a hacer otro lazo: es la conexión propiamente dicha. Estar conectado con la sociedad que nos rodea. Nunca estamos solos, tenemos un tejido complejo de relaciones sociales alrededor y quienes somos finalmente está condicionado, determinado y modelado por quienes son ellos, los demás.
Me parece increíble que esta noción de conexión vital para la vida ya estaba extremadamente desarrollada en la América pre-hispánica. Los incas con su famoso sistema de yanaconazgo hacían de miembros de otras tribus más débiles, sus sirvientes. Durante la Conquista, los españoles conservaron este sistema y lo perfeccionaron: lo hicieron aún más cruel. Así, el sistema inventado por los incas, se les volvió en contra convirtiéndose en uno de los sistemas de explotación de aborígenes más inhumano. Los yanaconas (las personas sometidas a este sistema) perdían sus vínculos con sus comunidades, con su cultura, con sus raíces. Esto significaba prácticamente la muerte en vida porque la solidaridad y la reciprocidad eran claves para la existencia y sólo se desarrollan manteniendo los lazos comunitarios.
Conexión. Vínculos. Lazos. Creo que sólo es posible desde la autenticidad, desde quienes somos realmente.
Y acá se me presenta una contradicción teórica. ¿Qué pasa cuando la naturaleza de alguien es agresiva, grosera, desconsiderada? Será la edad pero si bien nunca toleré la grosería, ahora se me hace insoportable.
Se me hace imposible respetar a alguien que cuente con muchas cualidades pero que no sea amable. La gente que dice cosas como si eso no tuviera un impacto en los demás. La gente que no mide sus palabras, que no piensa realmente lo que dice sino que primero agrede para retractarse después. No lo puedo tolerar (y sin embargo lo toleramos -o lo hacemos-, todos, a diario).
En mi (muy) humilde proceso dialéctico, creo que esta contradicción puede justificarse en la necesidad de conexión de la que hablé hace dos párrafos. Alguien que agrede se queda solo. Los incas se morían cuando se quedaban solos. Los lazos son vitales.
Vulnerabilidad, autenticidad, compasión. Ningún vínculo sincero puede carecer de estas cualidades.
Y para terminar (aunque de todos modos me imagino que a esta altura no queda nadie leyendo) digo y me lo digo a mi misma:
Hay que dejarse ver, dejarse ver profundamente.
Hay que amar con todo el corazón, aunque no haya garantías.
Hay que estar agradecido.
Hay que dejar de gritar y empezar a escuchar.
Hay que ser auténticos, reales. Sentirse vulnerable es sentirse vivo.
2010 fue un año de grandes cambios (de estado civil, por lo pronto), un año de aventuras y descubrimientos
Espero que en este nuevo año pueda concretar mis proyectos personales y de pareja, que sea un año de afianzamientos y todo lleno de buen humor, alegría y amor.
La bulimia cultural de este último tiempo me llevó a ver:
Claude Monet - Grosse mer à Étretat - 1868
Musée d'Orsay - Paris
La fantástica exposición de Monet en el Grand Palais. Creo que es la exposición más grande de la historia de Monet: 200 obras venidas de una decena de países y muchas de colecciones privadas de otra manera imposibles de ver. Me dio la impresión que se quería mostrar "otro Monet", el que pintaba naturalezas muertas o retratos. Desde el realismo de los 1860's hasta el brillante impresionismo de los años veinte que desarrolló con maestría.
Claude Monet - Entrée du Port de Trouville - 1870
Budapest Szépm vészeti Múzeum
Es fantástico ver las diferentes series completas, como la de la fachada de la iglesia de Rouen, las vistas del Támesis, el Palacio Contarini de Venecia o las meules de foin(no sé cómo se dice en castellano, la RAE dice "almiar", no conocía esa palabra). Monet creía que cada momento era único e irrepetible y es por eso que estas series intentan captar la luz del mismo lugar en diferentes momentos del día o del año. Ver las series completas es una experiencia extraordinaria.
En París hay muchísimos Monet: en el Musée d'Orsay, claro, pero también en el Marmottan-Monet (obvio), en L'Orangerie (maravillosos murales de nymphéas) y en Giverny. Es por eso que no creí que esta exposición me iba a impactar tanto.
Me equivoqué. Con esta exposición redescubrí al maestro.
Podría seguir escribiendo una hora más sobre Monet pero quiero contarles otras cosas. Quizás algún día haga un post sólo sobre él.
André Kertesz - The fork - 1928
La exposición de André (Andor en VO) Kertesz (sí, tiene el mismo apellido que su nobelizado compatriota escritor), prolífico fotógrafo húngaro (Budapest 1894 - New York 1985) en el Jeu de Paume es otra gran maravilla. A pesar de que Kertesz es uno de los grandes fotógrafos del siglo XX y que legó la mayor parte de sus negativos al Estado francés, nunca había sido sujeto de una exposición exclusiva.
André Kertesz - La plaque cassée - 1929
Su extremadamente longeva carrera (prácticamente 70 años) permiten explorar su visión del siglo XX en Europa del Este, en Francia y en Estados Unidos. Sus fotos son una poesía expresada a través del contraste de blancos y negros, luces y sombras. A veces un detalle, una figura geométrica, la sombra de un objeto o de una persona, un gesto o, a veces, la foto cortada y centrada en un ángulo de la misma, nos hacen partícipes de la situación, como si espiáramos.
No creo que su obra sea una crónica de los acontecimientos del siglo, no creo que nunca haya querido mostrar eso sino las pequeñas situaciones de todos los días, los momentos olvidados, triviales o inexplorados. Él los resalta, les da valor, nos los muestra. Y nosotros agradecidos.
Mi inmersión en la cultura ruso-ucraniana me lleva a gratos descubrimientos (no debería atribuírme el crédito porque no los descubro sola sino que me los hacen descubrir...).
DDT (ДДТ) es una de las bandas de rock rusas más famosas y exitosas de aquél lado del globo, y totalmente desconocida de éste. (Pequeño paréntesis dentro de este paréntesis... lo curioso que es decir "de aquel lado del globo" cuando la distancia expresada en kilómetros es apenas la misma que la de mi ciudad natal a la capital de mi país. Sin embargo, la "distancia cultural" es realmente enorme, no así con mi pequeño pueblito patagónico... curioso...en fin, sigamos).
Son una especie de U2 ruso, con mega exitazos y un lead singer estrella y polémico: Don Iury Shevchuk. No sólo cantante, compositor y poeta sino que con un gran compromiso social y político con su país. Sus canciones expresan las falencias de sus país (antes URSS, ahora Rusia) tales como la libertad de expresión o el sufrimiento de la gente, pero también el orgullo de la "madre patria", de ser ruso, de la vida en general, todo con un humor muy cínico, muy ruso. Tras una serie de "altercados" con el ex presidente Putin (una provocación emitida en directo por la televisión nacional), una canción que dice algo así como que cuando se les acabe el petróleo, el presidente morirá(perdón rusoparlantes por la traducción mediocre e inexacta), una marcha contra la elección, contra diversas medidas antidemocráticas, contra la violencia en Osetia, en Georgia, etc, etc, etc. se convirtió en uno de los grandes opositores políticos de Putin y su régimen.
Pero volviendo al concierto en sí, puedo decir que era una de las poquísimas no rusoparlantes presente (una vez más y van...), lo cual fue una gran desventaja porque antes de cantar, Monsieur Shevchuk o simplemente "Iura", recitaba un poema de su composición o dialogaba con el público. Tiene una voz grave muy agradable y habla pronunciando y modulando muy bien (lo cual no es común, puedo asegurarles). Por eso, a pesar de entender muy muy poco de lo que decía, escucharlo era muy agradable. El sonido, la música del idioma es muy linda. Todavía estoy en la etapa "el libro está sobre la mesa" asique sus poemas, sus juegos de palabras, sus frases con doble sentido no están aún a mi alcance.
Y, finalmente, el flaco ¡es un rockero viejo! y, como a todo rockero viejo, es un placer escucharlo, verlo bailar y disfrutar del sonido de su guitarra. Un poco de panza, canas, anteojos pero el loco no paró de saltar ¡y dio un recital de más de 2 horas!
Va aquí un video de un concierto donde canta una canción que se llama "Ródina" (Patria)
Y, por último en el top 4 (??) de actividades culturales de estas dos semanas pasadas está... ¡Musica Nuda! Duo italiano que ya he visto en concierto varias veces pero que cada vez es una verdadera fiesta.Petra Magoni (voz) y Ferruccio Spinetti (contrabajo) versionan grandes clásicos de la música contemporánea internacional o italiana en versión totalmente libre, un poco jazzy, un poco lírica, un poco music hall. Es difícil definirlos. Petra tiene una voz extraordinaria que muta y se transforma en lo que ella quiera, puede susurrarte al oído una canción de amor, puede ser lírica y cantar una opereta, puede ser rock, jazz o simplemente tararear y hacer ruidos graciosos. Ferruccio le da un protagonismo único al contrabajo que no creo tenga en ninguna otra banda de rock/jazz/whatever. Arregla los temas de forma muy particular y hace solos que son ¡¡uuuffff!!
Los conciertos son una fiesta. La gente se rie, ellos están relajados, improvisan, se divierten.
Este es un video de una canción muy graciosa: "El camello e il dromedario". Diviértanse ustedes también.
(¡Cuántos paréntesis en este post! fiel reflejo de mi cerebro al cual le cuesta seguir una línea de pensamiento sin irse por la tangente)